Dinero privativo de hipoteca en gananciales, ¿lo puedes recuperar?

Elena
Elena
junio 26, 2025

¿Qué pasa con los bienes cuando se acaba un matrimonio en gananciales?

Cuando una pareja que ha vivido bajo el régimen económico de gananciales decide poner fin a su matrimonio, uno de los puntos más delicados es la división de bienes. ¿Qué corresponde a cada uno? ¿Qué sucede si, durante el matrimonio, uno de los cónyuges aporta dinero propio, es decir, privativo, para pagar algo que legalmente es de ambos, como la hipoteca de la vivienda familiar?

Este artículo resolveremos estas dudas y profundizaremos en el concepto de dinero privativo, explicando claramente cuándo conserva esa naturaleza y cuándo puede llegar a confundirse con un bien ganancial. Y lo haremos no solo desde la teoría legal, sino también desde la experiencia práctica, basada en casos reales que reflejan lo que realmente sucede en estos procesos.

Diferencia entre bienes privativos y bienes gananciales

Antes de entrar en materia, es imprescindible saber qué es un bien privativo y qué es un bien ganancial. Esta distinción es la que marcará la pauta en cualquier acuerdo de divorcio.

Bien privativo es todo lo que cada cónyuge tenía antes del matrimonio o ha recibido de forma individual durante el mismo (por ejemplo, una herencia, un seguro o una indemnización). Es propiedad exclusiva de quien lo posee y no debe incluirse en el reparto.

Bien ganancial, en cambio, es todo aquello que se adquiere desde el momento de la boda (si no hay separación de bienes) y se considera patrimonio común. Da igual a nombre de quién esté, si se obtuvo durante la vigencia del matrimonio bajo gananciales, es de ambos por igual.

En palabras simples: lo que era tuyo antes, sigue siendo tuyo. Lo que se gana mientras dura la relación, se reparte al 50%.

¿Qué ocurre si aportas dinero privativo a una hipoteca común?

Este es el corazón del asunto. Imaginemos que, durante el matrimonio, se está pagando la hipoteca de la vivienda familiar —un bien ganancial— y uno de los cónyuges decide adelantar pagos utilizando dinero privativo. ¿Ese dinero se convierte automáticamente en ganancial? ¿Pasa a formar parte del bien común?

No.

Y aquí entra uno de los puntos más ignorados y malinterpretados en los divorcios: el dinero privativo no se transforma en ganancial por el simple hecho de utilizarse para un bien común.

Es decir, si vendiste tu piso de soltero o utilizaste una herencia para pagar parte de la hipoteca conjunta, ese dinero sigue siendo tuyo. Y en el reparto de bienes, tienes derecho a recuperarlo.

¿El dinero privativo se transforma en ganancial?

Rotundamente, no.

Que ese capital se haya destinado al pago de algo común no implica que automáticamente haya perdido su naturaleza. El artículo 1358 del Código Civil respalda este punto: “Los bienes gananciales se reembolsarán del valor satisfecho por los privativos y viceversa”.

Esto significa que la única condición para que mantengas ese derecho de reembolso es que puedas probar que el dinero era tuyo: que no fue fruto del trabajo conjunto o de ingresos comunes, sino que procede de una fuente personal.

Así que no, el dinero no cambia su “apellido” solo por utilizarse en pareja. Lo que cambia, si no se reclama, es la oportunidad de recuperarlo.

Derecho de reembolso: lo que debes saber y cómo se reclama

El llamado derecho de reembolso es el mecanismo legal que te permite reclamar ese capital que aportaste, aunque se usara para un bien común.

Para que este reembolso sea efectivo, necesitas cumplir con tres condiciones:

  1. Demostrar que el dinero era privativo: puede ser con escrituras, justificantes bancarios, recibos de herencia, pólizas de seguro o cualquier documento que acredite el origen.
  2. Relacionar ese dinero con el pago de la hipoteca o el bien común: no basta con decir que lo aportaste, debes probar cuándo, cómo y en qué condiciones.
  3. No haber renunciado expresamente al reembolso: en caso de que existiera un pacto o contrato que diga lo contrario.

Cuando todo esto se cumple, tienes derecho a que esa cantidad te sea devuelta actualizada según el momento del reparto.

Ejemplo práctico explicado paso a paso

Este escenario es muy habitual:

Pedro y Elena están casados bajo régimen de gananciales. Compran una vivienda de 160.000 € que deciden hipotecar.

Elena, que antes de casarse tenía un piso de su propiedad, lo vende y aporta 80.000 € de esa venta para cancelar parte de la hipoteca. El resto (otros 80.000 €) lo van pagando entre ambos durante el matrimonio.

Años después, llega el divorcio.

En principio, la vivienda es ganancial y se debería repartir 50% a cada uno. Pero, al demostrar que Elena puso 80.000 € de su patrimonio privativo, la cuenta cambia:

  • El 50% pagado durante el matrimonio (80.000 €) se divide en dos: 40.000 € para cada uno.
  • El otro 50% (aportado por Elena) no entra en el reparto porque es suyo y lo puede justificar.

Resultado final: Elena se queda con el 75% del valor del piso y Pedro con el 25% restante.

Este tipo de ajustes en el reparto son clave y, lamentablemente, muchas personas los desconocen.

Qué dice la ley: artículos clave del Código Civil y jurisprudencia actual

El Código Civil español regula con claridad este asunto:

  • Artículo 1346: enumera los bienes privativos.
  • Artículo 1347: define los bienes gananciales.
  • Artículo 1358: regula el derecho de reembolso entre masas patrimoniales.
  • Artículo 1359: obliga a justificar la procedencia del dinero para mantener su carácter.

Además, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha sido clara: si un cónyuge demuestra con pruebas la procedencia privativa del dinero, tiene derecho a que se le reconozca esa aportación, con reembolso actualizado.

Sentencias como la STS 295/2024 de 21 de mayo han reiterado este principio, reforzando la importancia del derecho de reembolso y el deber de prueba.

Cómo justificar el origen del dinero aportado

La prueba documental es el pilar.

Puedes acreditar la procedencia de tu dinero privativo con:

  • Escrituras de venta de un bien previo al matrimonio.
  • Testamentos o declaraciones de herencia.
  • Transferencias bancarias desde cuentas personales.
  • Contratos de seguros, indemnizaciones u otros títulos personales.

No basta con “decirlo” ni con el testimonio oral. Los tribunales exigen pruebas fehacientes que relacionen tu dinero con el pago del bien común.

Claves para proteger tus aportes personales en caso de separación

Aquí tienes las claves prácticas para proteger tu dinero:

  1. Guarda toda la documentación relacionada con el origen de tus fondos.
  2. Evita mezclar fondos privativos con cuentas comunes sin justificación clara.
  3. Deja constancia escrita si haces aportes a bienes comunes: correos, recibos, acuerdos privados.
  4. Consulta a un abogado de familia antes de firmar acuerdos de divorcio o separación.

Muchos errores y renuncias se producen por desconocimiento. Con información, te aseguras de que lo que era tuyo, lo siga siendo.

Conclusión: tus derechos, tu dinero y cómo defenderlo

En un matrimonio bajo régimen de gananciales, todo lo que se genera durante la unión se reparte a partes iguales. Pero hay excepciones. Y una de las más importantes es el dinero privativo.

Si durante el matrimonio utilizaste tu herencia, tu ahorro previo o el fruto de un bien propio para pagar la hipoteca o un gasto común, ese dinero sigue siendo tuyo.

La ley te ampara. Solo necesitas justificarlo. Y si lo haces bien, podrás recuperar lo que te pertenece con toda la legitimidad.

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